lunes, 1 de febrero de 2016

DINASTÍA DE LOS MING

En el año 1368, Zhu Yuanzhang se proclamó emperador y fundó la Dinastía Ming en Nanjing. Durante los 31 años que Yuanzhang, conocido como Emperador Taizu, fue emperador, hizo todo lo posible para consolidar la monarquía feudal centralizada: ejecutó a prestigiosos generales y ministros, reprimió a disidentes y opositores e aumentó la autoridad imperial. El nieto que heredó el trono fue derrotado por su propio tío Zhu Di, quien trasladó la Capital a Beijing.
Aunque el gobierno central era fuerte, eran los castrados de la corte quienes manejaban el poder del Estado, debido a la torpeza de muchos emperadores de la Dinastía Ming y a la juventud de otros para gobernar. Gracias a los corruptos castrados, incansables cazadores de funcionarios honrados, la gobernación de la Dinastía Ming fue al abismo como resultado de las frecuentes crisis sociales. Pese a la fuerte prohibición de las revoluciones armadas de los campesinos, siempre surgían nuevos movimientos.
Así apareció Zhang Juzheng, famoso político reformista de la época. Frente a las graves crisis sociales, Zhang rectificó las medidas disciplinarias del gobierno, invirtió en la agricultura, realizó proyectos para reducir los ríos. La reforma más importante fue la de la unificación y simplificación de los diversos impuestos, ley que redujo en cierta manera la carga del pueblo.
En esta dinastía, la agricultura, la explotación del hierro, la fundición del bronce, la fabricación del papel, la construcción naval, entre otras industrias, progresaron poco en comparación con las dinastías anteriores. Específicamente, las industrias de la seda y la cerámica se desarrollaron sustancialmente. A principios de esta época, el gobierno central realizó grandes intercambios económicos y culturales con el exterior. Zheng He, el navegante más grande de la historia china, al frente de su poderosa flota, viajó siete veces por los Océanos Pacífico e Indico y llegó a más de 30 paises asiáticos y africanos. Poco después, el litoral de China es reflejo del acoso de Japón, España, Portugal y Holanda.